El desarrollo de esta habilidad implica que el estudiante produzca permanentemente diferentes tipos de textos (definiciones, resúmenes, reseñas, comentarios, artículos, historias de vida, ensayos, informes, etc.). A partir de dichas producciones, se le aproxima y orienta al reconocimiento y apropiación en los siguientes aspectos: nociones gramaticales, recursos de conexión, tipologías de párrafo, tipologías textuales, errores frecuentes de construcción y adecuación y arquitectura básica de los textos.
El estudiante está acompañado constantemente por un tutor que lo guía a través del proceso completo: pre escritura (documentación y planeación), textualización, revisión y reescritura.
En la fase de preescritura, la documentación es fundamental y se hace paralela con la planeación. Aquí, el estudiante recibe información que le permitirá sacar provecho de los recursos disponibles para consultar (bibliotecas, medios electrónicos, buscadores, bases de datos, etc.), tal como se anotó anteriormente, en la intervención en lectura.En la planeación, se orienta al estudiante para que previamente seleccione el tema y el eje. Es aconsejable partir de una pregunta problémica, cuya formulación debe estar siempre orientada por el docente.
Ya en el proceso de textualización, el estudiante no elabora documentos definitivos en limpio, sino que va produciendo borradores, que a la vez son revisados por el tutor. Es realmente en esta fase donde adquiere autoconfianza y hace conciencia de sus dificultades.
En lo que a ortografía se refiere, se realiza un diagnóstico mediante dictados con palabras de uso muy frecuente, que ofrecen varias opciones de error. De este modo, se inicia un proceso de enseñanza de la ortografía desde una perspectiva constructivista, pues la enseñanza tradicional de la ortografía, con base en planas y repeticiones de normas, no arroja resultados efectivos.
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